También conocidos como flavonoides, destacan por ser una serie de compuestos naturales que podemos aprovechar y obtener fácilmente gracias a una amplia variedad de alimentos y plantas.
Además de ser responsables de los coloridos tonos de algunas frutas y verduras, los bioflavonoides contienen tienen ciertas propiedades que los hacen muy útiles para alcanzar el bienestar integral del cuerpo humano.
Por ese motivo, en este artículo descubrirás qué son exactamente los bioflavonoides, dónde se encuentran y cómo pueden ayudarte a mantener una buena salud en general.
Bioflavonoides ¿qué son y donde se encuentran?
Se trata de un tipo de polifenol que no es más que una molécula de origen natural presente en muchas plantas.
En general, los polifenoles se dividen en varias categorías dependiendo de su estructura química, y los bioflavonoides son una de las categorías más grandes, la cual contiene un poco más de 4.000 tipos diferentes.
Ahora bien, los bioflavonoides son conocidos por sus propiedades antioxidantes, lo que significa que ayudan a proteger las células del cuerpo contra el daño oxidativo causado por los radicales libres, cuyas moléculas inestables pueden dañar las células y contribuir tanto al envejecimiento, como a una serie de enfermedades crónicas, que van desde enfermedades cardíacas, neurodegenerativas hasta el cáncer.
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Así mismo, estos compuestos también contienen propiedades antiinflamatorias, lo que significa que pueden ayudar a reducir la inflamación en el cuerpo, que son frecuentes en enfermedades crónicas como la diabetes y artritis.
Entre tanto, los bioflavonoides se encuentran en una amplia variedad de alimentos, de los cuales incluyen:
- Cítricos: como las naranjas, los limones y las toronjas son ricos en bioflavonoides, especialmente en un tipo llamado hesperidina, que se encuentra en la piel blanca del interior de estas.
- Bayas: las moras, los arándanos y las fresas son ricas en antocianinas, un tipo de bioflavonoide que les da su color rojo, azul y púrpura.
- Verduras: las espinacas, el brócoli y las cebollas están enriquecidas con quercetina, un bioflavonoide que contienen las hojas y las pieles de las verduras.
- Té: tanto en el té verde y como el té negro son ricos en catequinas, un tipo de bioflavonoide almacenado en las hojas.
- Vino tinto: desde siempre se ha reconocido que el vino (principalmente el tinto) es rico en resveratrol, un tipo de bioflavonoide que se encuentra en las uvas y se le ha asociado con la buena salud del corazón.
- Chocolate negro: este alimento es rico en flavonoles, un tipo que forma parte de la semilla de cacao.
Vitamina P
Uno de los flavonoides más conocidos es la vitamina p, que también se conoce como flavonoide citrino o citrina y ha sido relacionada con una serie de beneficios para la salud; especialmente en lo que respecta al sistema cardiovascular y la piel. Sin embargo, la vitamina P es en realidad un grupo de bioflavonoides que incluyen la quercetina, la rutina y la hesperidina.
Por su parte, la quercetina ha sido estudiada por su capacidad para reducir la inflamación y mejorar la salud de las células del cuerpo.
En cuanto a los alimentos que son ricos en vitamina P, se pueden encontrar en los de origen vegetal, especialmente en aquellos que tienen colores brillantes como las frutas cítricas, los arándanos, las uvas, las cerezas y los kiwis; eso incluye también las verduras de hojas verdes, como la espinaca y el brócoli.
Vitamina C
Otro nutriente importante relacionado con el flavonoide es la vitamina C, que es una vitamina soluble en agua, y que está presente en muchos alimentos, especialmente en frutas y verduras, como los cítricos, los kiwis, las fresas, el brócoli y los pimientos.
La vitamina C natural es un relevante antioxidante, que protege eficazmente las células del organismo contra el daño oxidativo. También juega un papel crucial en la producción de colágeno, que es una proteína valiosa para mantener la salud de piel y otros tejidos del cuerpo.
Para sacar el máximo provecho de esta sustancia, es posible incorporarlo a través de la alimentación o con suplementos dietarios, los cuales pueden ser útiles para aquellas personas que tienen dificultades de obtener suficientes nutrientes a través de su dieta.
Antioxidantes
Algunos ejemplos de antioxidantes para la piel incluyen la vitamina C, la vitamina E, la quercetina, el resveratrol, además de la luteína y la zeaxantina las cuales están alojadas en verduras de hojas verdes y el licopeno, que se encuentra en los tomates.
Estos compuestos están diseñados de manera orgánica para blindar la piel y además neutralizar los efectos dañinos que ejercen los radicales libres; los cuales son la causa principal de los signos de envejecimiento prematuro, como las arrugas y las manchas, así como también de una serie de enfermedades crónicas.
Por ese motivo, algunos expertos afirman que, al incorporar alimentos ricos en antioxidantes en la dieta, puede ser la forma más efectiva para reducir el riesgo de padecer ciertas enfermedades y mejorar notablemente la salud integral. Eso incluye las frutas y verduras de colores brillantes, como los arándanos, las espinacas, las zanahorias y los tomates.
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En conclusión, los bioflavonoides poseen una serie de virtudes que no solo son beneficiosas para nuestra piel, sino que además pueden convertirse en un aliado imprescindible si estás buscando proteger tu corazón, regular la tensión arterial, prevenir algunos tipos de cáncer como el de pulmón y de páncreas, y hasta hacerle frente a las alergias.
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